Carta
En este reducto de arequipeñitud se cocina al fogón de leños generosos, se trituran ajíes sobre un ancestral batán de piedra, y se cuecen hierbas aromáticas y medicinales mientras se escucha una jocosa chacarera.
Esta picantería sumerge a los visitantes, con honestidad y pasión desbocada, en una auténtica atmósfera de picantería de antaño mediante los cinco sentidos. Y la intención tiene raíces pues La Benita posee un amplio conocimiento gastronómico que le dejó su abuela, más conocida como “Las Pastoritas” y que la célebre canción de Los “Pacharacos” la menciona: “Vamos a Characato ande las Pastoritas a comer los ricos picantes y beber la chicha en caporal y cantarilla”.
El gusto es nuestro.
¡Bienvenidos a la leyenda de la cocina picantera arequipeña!
Carta
En este reducto de arequipeñitud se cocina al fogón de leños generosos, se trituran ajíes sobre un ancestral batán de piedra, y se cuecen hierbas aromáticas y medicinales mientras se escucha una jocosa chacarera.
Esta picantería sumerge a los visitantes, con honestidad y pasión desbocada, en una auténtica atmósfera de picantería de antaño mediante los cinco sentidos. Y la intención tiene raíces pues La Benita posee un amplio conocimiento gastronómico que le dejó su abuela, más conocida como “Las Pastoritas” y que la célebre canción de Los “Pacharacos” la menciona: “Vamos a Characato ande las Pastoritas a comer los ricos picantes y beber la chicha en caporal y cantarilla”.
El gusto es nuestro.
¡Bienvenidos a la leyenda de la cocina picantera arequipeña!